Tal y como se leyó, y sin clickbait. Cuando rompes una relación amorosa con una persona, y te dicen: “Es que no vas a encontrar a alguien mejor que yo”, sí, tienen toda la razón.
En los instantes finales de la relación en la que estuve se me repitió constantemente la misma idea, que a mi parecer (por tono de voz y formulación) contenía cierto grado de condicionamiento, chantaje, o vestigios de manipulación por medio del orgullo. No digo que así haya sido, sino que desde mi perspectiva, sí tenía matices de buscar generar arrepentimiento en mí con base a la idea de que en un futuro me iba a arrepentir de concluir con nuestra relación.
Definición Condicionar RAE:
tr. Hacer depender algo de una condición.
tr. Influir de manera importante en el comportamiento de alguien o en el desarrollo de algo.
Antes de desarrollar esta idea quiero mencionar que estoy 1,000% de que no me arrepentiré de la decisión que tomé ese domingo 28 de abril en la tarde. Porque entiendo el porqué lo hice, y lo explico:
Ella me dijo lo siguiente de manera parafraseada, porque aunque me jacte de tener buena memoria, considero que estando nervioso emocionalmente y ante lo que representaba ese momento, no podría asegurarme de mantener la cita textual al 100%, pero si la idea que se buscó comunicar. Ella mencionó las siguientes frases de manera repetitiva, por lo cual hay diversas variaciones de la idea:
“No valoras la mujer que soy, si lo hicieras no decidirías terminarme.”
“En el futuro verás la mujer que era y te arrepentirás.”
“No vas a encontrar a otra como yo, y ese día te vas a arrepentir.”
“Si supieras mi valor, no estarías tomando esta decisión.
Claro que sé la mujer que era mi ex novia, por algo fue mi pareja, y me sentía tremendamente orgulloso de lo que ella representaba. Una mujer guapa, responsable, independiente económicamente, con inteligencia emocional, con una gran trayectoria profesional, con un gran sentido del humor, con un carisma impresionante, con una risa contagiosa, con una compañía envidiable. En verdad es una chica que vale la pena en todos los sentidos… ¡En todos!
Y todo esto lo digo sin una gota de sarcasmo o con otro sentido que no sea en verdad reconocer el gran valor que tiene.
Una mujer que busca el bienestar de la pareja, que busca implementar dinámicas para estar mejor ambos, que en verdad se preocupa por su contraparte, que es sensible, que es una gran compañía, que siempre te apoya emocionalmente cuando necesitas la escucha tras un arduo y pesado día.
Ella es eso y mucho más.
Cuando me decía: “No vas a encontrar a otra como yo, y ese día te vas a arrepentir.” Tenía toda la razón, claro que no voy a encontrar a otra chica como ella.
Veo el trabajo que tiene, como se desenvuelve, los méritos que ha conseguido, y dejando de lado lo profesional, que no lo es todo, ni de cerca, dentro de una dinámica de pareja, es una chica cuya compañía te alegra el día, te reconforta, alguien con voz tan fuerte y suave a la vez que te puedes quedar horas en el teléfono por como suena.
Ella fue mi primera novia, y hay una tendencia que circula en Tok Tok con la teoría de “La primera novia” para un hombre, y como es que al tener este primer acercamiento de vulnerabilidad emocional con una mujer, a partir de ese instante, va a intentar buscarla en otra chica. Será su estrella polar sobre la mujer que querrá elegir.
Y si bien entiendo los argumentos que fundamentan y respaldan a esta teoría de redes sociales, no la comparto, sino que me parece banal y que hace alusión a la poca inteligencia emocional o viaje de introspección para no cuestionarse porqué terminaron la relación con esa novia, y porque todavía tienen abierta esa idea en la cabeza y corazón.
Yo no buscaré a una mujer con alguna cualidad relacionada a mi ex pareja. No voy a encontrar a una chica como ella. No porque no exista, sino porque no estoy buscando eso. Y sería absurdo usar como parámetro la relación que tuvimos, en búsqueda de una nueva.
Qué injusto para mí, para mi siguiente pareja. Las lindas fotos que tenía con mi ex en eso se quedaron, en lo que ahora son, un recuerdo, y no tengo porque estar trayendo a mi mente a esa persona cuando tomé la decisión con base a desear un presente distinto.
No encontraré a alguien mejor que ella porque esa no es mi intención, no me interesa, es un parámetro el cuál ignoraré por completo. Y aunque fue fuerte decírselo, y no me jacto con orgullo de lo que le mencioné ante sentirme atacado con aquella insistencia en donde ella decía que le sorprendía como es que yo no veía el valor en ella, pasó lo siguiente:
ELLA: “Es que es increíble, cómo no sabes lo que valgo. Si supieras lo que valgo, no decidirías terminar.”
YO: “Creo que no lo estás viendo de mi perspectiva. Sé lo que vales, eres linda, carismática, inteligente, en verdad alguien que vale la pena. No me estoy yendo porque no eres suficiente. Eres más que suficiente.”
ELLA: “No, para ti no, no te irías.”
YO: “Sé lo que vales, quizá lo que no he estado comunicando de la mejor manera es que esto no radica en que si conozco tu valor o no, sino en que en las últimas semanas he estado dejando de amarte… No creo que seamos el uno para el otro.”
No mi mejor frase, no la más asertiva. Al final estaba rayando la delgada línea de lastimar verbal / emocionalmente a la contraparte, aunque no haya sido mi intención. Y me pesa reconocerlo, admitirlo, e imaginarme siendo una versión tan distante de lo que quiero ser como hombre y como pareja.
Si lo reconozco abiertamente es porque por algo terminó la relación. Ambos hicimos cosas que no fomentaron al crecimiento sano de la persona, y tampoco haré que todo los que lean este blog me tengan con una idealización de lo bueno que hago porque es lo único que comparto, contrario a todos esos defectos que podrían dibujar un escenario más real.
Ya lo estoy trabajando en terapia, he estado comprando libros que pudieran apoyarme a restablecer la manera en la que me comunico tras sentirme atacado. En la última instancia me enganchaba fácilmente, me ganaba el orgullo, y en lugar de colocarme a la defensiva u ofensiva, terminé siendo La Naranja Mecánica del 74’, un ‘fútbol total', una ‘postura total’, me lanzaba todo al ataque, pero también con gestión defensiva. Mi pareja me encontraba bastante a la defensiva y ofensiva. Un claro error, y que para quienes saben de fútbol, espero haberles sacado una sonrisa con mi referencia de FIFA's Nerd.
Pero la idea era que ante la frustración de que me dijera que no veía su valor, cuándo claramente lo hacía, recalca la médula de este artículo, y que yo la primera vez que corté con ella, vi que había captado el mensaje que buscaba transmitir.
“Para mí no es aquí. Y por eso ya no me molesta si no haces una u otra cosa, porque es el roce de querer encajar dos piezas de rompecabezas que ya vimos no van juntas.”
Y ella ese mismo domingo 28 me dijo por mensaje que le pesaba estarse repitiendo en su cabeza la idea de que yo internamente sí pensaba ‘que había alguien mejor para mí’. Y en eso radica todo esto.
No encontraré a alguien mejor que ella, porque desde la formulación de la pregunta o de este concepto tiene un erróneo.
No buscaré a alguien mejor que ella, buscaré a alguien mejor para mí.
Buscaré a esa chica con quien sienta que las piezas puedan embonar. No una chica con quien sea ‘fácil’ la relación porque sea carente de complejidades amorosas o sea una relación ‘simple’, sino que me es fácil hablar con ella de lo que me gusta, y que yo me sienta escuchado.
Será fácil amarla a ella porque encajamos bien, no digo que perfecto, pero sí sabiendo que encontramos en nosotros mismos lo que tanto hemos deseado.
Y no significa que con mi pareja pasada no se intentara encajar, o que eran infructíferas o inertes las acciones propositivas que ella tenía. No, no digo eso. Solo digo que en un punto, y por el contexto, y situaciones que se fueron desarrollando, me di cuenta que no era ahí para mí.
Esta ruptura no es una competencia, de quien se pone más fitness, de a quién le duele más, de quién ya sale con otras personas, ya fuera de manera formal o casual. No se trata de quien mejor esté posterior a la ruptura, o a quién peor le fue en la relación y ahora viene su ‘Glow Up Era’. No, se trata de ser falsamente felices tras la decisión. Y claro, espero a ella le vaya excelente, sé que así será, no solo en los siguientes meses, sino por el resto de su vida. Y sé que también yo ando en búsqueda de una rutina que me dé paz, estabilidad y por ende, felicidad.
No encontraré a nadie mejor que ella, sino que estoy convencido, que si hago las cosas bien, desde un punto de vista sano, trabajo en lo que necesito pulir dentro de mi comportamiento, vuelvo a ser disciplinado y pleno con mi persona, encontraré por ende a quien es mejor para mí.
En primera instancia esa persona seré yo mismo, y en segunda, claramente espero sea esa chica que conoceré más adelante.
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