top of page

¿Qué Hacer Si Extrañas a Tu Ex Pareja?

Foto del escritor: Mariano ZepedaMariano Zepeda

En ningún momento de mi proceso me he planteado volver, contactar a la otra persona, o meterme a sus perfiles de redes sociales por curiosidad que realmente se podría traducir como una mera ‘necesidad’ emocional.


Tampoco he intentado como en la película de ‘Eternal Sunshine of the Spotless Mind’ dirigida por Michel Gondry y escrita por Charlie Kaufman, eliminarla para siempre de mi cabeza, es imposible, y en realidad no quisiera hacerlo, ella es un lindo recuerdo.



Pero por más que estoy convencido de mi decisión, cosa que he reiterando un sinfín de ocasiones en los artículos que he publicado, aun así, en ocasiones, en el transcurso del día, esporádicamente, pienso en ella.


Y claro que voy a pensar en ella, casi por 500 días nos escribimos, salimos, convivimos, nos acompañamos, estuvimos el uno para el otro. Era una obviedad que vas a sentir un vacío porque esa persona se haya marchado.


Para mí, el 97% de esos días fueron positivos, claro que hubo puntos de vista distintos, que hubo malentendidos, discusiones, y dinámicas que en días específicos no me gustaron. En general para mí era grato estar con la otra persona. De hecho, decíamos que los problemas surgían a raíz de no vernos, porque en persona, era extraño, en verdad era una excepción cuando físicamente presentes ambos, teníamos un problema que no se pudiera resolver en menos de 30 minutos.



Si las relaciones se rompen pueden ser por dos factores a mi parecer. Ya sea que es contrario a este caso, en donde la mayoría son días malos, o, como que más bien te des cuenta que la caratula, la estructura, no está bien cimentada, o no crees que sea el proyecto en el que desees estar toda la vida, o un tiempo prolongado.


En mi caso nos veíamos a futuro, hubo un punto donde está no solo me convenció, sino que en verdad la creía, y me hacía bastante ilusión. Cuando uno se plantea estos escenarios hay dos vertientes, o se consolida por lo que están viviendo, o se va perneando por daños estructurales que sabes no te convencen, o no te llevarán a donde en verdad deseas.


Cuando yo hablaba con mi pareja le decía que íbamos súper bien, porque en sí, solo teníamos un problema estructural. Con esto me refiero a personalidades, dinámicas, contextos familiares o personales, visiones de nuestras, que son temas de origen, y con los cuáles en ocasiones es todavía más complicado cambiar.



Para mí había un tema estructural en la relación que tenía que ver con el apego evitativo y el apego ansioso, pero que fuera de eso, todo marchaba de maravilla. Fue hasta tiempo posterior en donde me di cuenta que nuestras visiones no estaban empatado. Que aquellos planes que íbamos haciendo no iban ya de la mano conmigo, y los comunique en cuanto supe, y al saberlo, siendo muy clara la contraparte con sus ‘No Negociables’ y expectativas de la relación, fue cuando decidí que era tiempo de marcharme.


Las conversaciones, y todo lo que ella significaba en mi vida me gustaba, el destino ya no, y el final fue bastante empedrado y terminamos dañándonos. Pero el que me compartieran Reel’s en Instagram, que nos muriéramos de la risa hablando en el sillón de mi casa, que nos preparáramos un vino para hablar juntos o con sus papás, el amor, la química física, los besos lindos, las citas, los planes que realizábamos, siempre me gustaron.



Así que ahora ante su ausencia, claro que me pesa, claro que me llegan recuerdos lindos, sensaciones que tenía cuando me marcaba y podía ver su foto en mi celular, cuando me llegaba una notificación al celular con su nombre acompañados de emojis de corazones. Los besos que me daba, la manera en la que me abrazada. Todo me gustaba, y claro que ante su ausencia, mi cabeza pide respuestas, se extraña de ya no tenerlos, de no tenerla a ella.


Cuando hablamos por teléfono, cuando las risas eran prolongadas, cuando nos contábamos todo, los planes que hacíamos, todo lo que pensábamos nos faltaba por vivir. Y es que el cerebro procesa al amor como una adicción, y al tener raciones tan elevadas por un tiempo prolongado, claro que se va a sentir físicamente un sentimiento de abstinencia.


El amor desencadena una serie de cambios neuroquímicos en el cerebro que pueden compararse con los efectos de una adicción. La dopamina, asociada con el placer y la motivación, se libera en grandes cantidades durante el enamoramiento, generando sentimientos de felicidad y euforia.



La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", promueve la formación de vínculos emocionales y la intimidad. La serotonina fluctúa durante el enamoramiento, contribuyendo a la obsesión por la pareja, mientras que la norepinefrina aumenta, causando síntomas similares a la ansiedad.


Estas sustancias químicas crean una experiencia emocional poderosa que puede llevar a comportamientos compulsivos y una dependencia emocional.


Por ello, a manera de autoayuda, y en caso de que de igual manera, usted, estimado lector, esté sintiendo esto con quien fue su ex pareja, he realizado una investigación sobre lo que es recomendado hacer, y aplicándola primero a mí mismo para poder trabajar esto que siento, y canalizarlo de la mejor manera, se lo comparto:

1.- No romanices. No Idealices.

Es completamente normal el evocar todo lo bueno de la relación. El recordar los besos, las citas, la compañía, el hablar por horas y no terminarse los temas de conversación. Pero aquí es donde tienes que comenzar a ser objetivo, sincero, y ver todo con la óptica de cuándo se tomó la decisión de que concluyera en ruptura.


Comparto mi experiencia:


El otro día estaba pensando en lo que daría por tener con ella una hora para abrazarla, para darle besos en la frente, oler su cabello, el perfume que usaba, ver una película, o simplemente platicar con ella. Nos reiríamos, nos confortaríamos ambos con nuestra compañía, seríamos tremendamente felices.



Claro que en ese momento mi cabeza estaba yendo a más de 300 km/h idealizando y romantizando. Claro que me encantaría poder usar un deseo de los tres que hipotéticamente tengo del genio de la lámpara para hacer realidad esta ensoñación, pero…


Aquí fue donde tuve que ser sincero. Si fuera así, pensando que no es solo una hora, sino que esta se prolonga, por las dinámicas de pareja, por la estructura y rutina que teníamos, ¿qué seguía después de eso?



Yo en mi caso sabía qué pasaría, y cómo me sentiría con eso. Como es que me sentí desgastado de pensarlo, de saber como si de un instante a otro siguiéramos juntos, sería maravillosa esa hora a su lado, pero que ya en conjunto, con todo lo que estaba sucediendo, pudiera ser una situación que para nada me emocionaría.


Yo le había pedido que mientras tenía un trabajo de Home-Office, me dejara una mascada suya para olerla y desestresarme, cuando me ponía ansioso colocaba la canción que teníamos, cuando me marcaba me emocionaba. Estaba con un sistemas de recompensas a reaccionar súper positivo de sentirla en mi vida. Claro que mi cerebro, como cuando de niño vez un caramelo y recuerdas lo mucho que te gustan, sea instintivo, pero aquí es donde se abre espacio la mente consciente y eres objetivo.



Y cuestionaste. ¿En verdad extrañas a esa persona, o lo que ella representaba para ti?, me lo he cuestionado, ¿la extraño a ella, o el rol que tenía, el de ser mi pareja? O yendo más profundo, ¿la extraño a ella, o extraño el hecho de no sentirme solo?


Con consciencia, honestidad y objetividad, se llegaba respuestas que tranquilizan a uno. Así que si puedes, respira profundo… ¡Inhala! Sostén diez segundos la respiración, y… exhaaaaaalaaaa.


Haz ejercicios de respiración, pon la mente en blanco, y recuerda que no todo en la relación eran instantes idealizados y romantizados.



2.- Sé un león, no un perro.


Aquí hablaré de una reflexión budista que me dieron cuando intentaba hacer un cambio espiritual en mi vida, otra cuando iba a mis reuniones diarias de AA y una que desde chico la natación me enseñó.


La primera habla sobre lo siguiente:


Imagínate que tienes un perro, y vas a lanzarle un palo.


¿Qué hace el perro? Claramente se lanza de inmediato a por él, pero inclusive, puede ser que únicamente hayas hecho la finta de que ibas a lanzarlo, pero no importa, el resultado es el mismo.


Puede que hayas lanzado o no el palo, pero el perro ya está diez metros adelante corriendo esperando atraparlo.



Ahora…


Imagínate que estás en una sabana africana, y ves a un león, tu estás escondido detrás de una roca, tomas el palo, y lo lanzas.


¿Qué hace el león?


Si es que la curiosidad te gana, te asomas, y te das cuenta de que el león ni siquiera se ha movido, sino que únicamente ha girado para voltear a verte.


El león ve de dónde salió el palo, en cambio el perro, lo persigue.


Imagínate que ahora hablamos de los pensamientos. Sé el león, no el perro. No persigas pensamientos aleatorios, porque estos siempre van a salir, estos pensamientos intrusivos se cuelan por más que luchas contra ellos.



Y de aquí deriva lo que aprendí en AA.


Siéntete incómodo, porque la sensación real, física y mentalmente. Pero no te dejes llevar por ella.


Cuando tomaba en exceso era porque quería evadir pensar en algo, y… era tremendamente efectivo, pero tóxico en todos los sentidos. Llegaba a la casa, me estresaba por el pago del seguro del carro, por ganar más dinero, por la entrega de proyectos finales, y en lugar de confrontarlos, comenzaba a tomar y claro, era una lluvia de placer en mi cerebro, pero cuando me levantaba, los pendientes seguía, solamente que ahora yo estaba crudo.


Porque cuando me despertaba, la angustia seguía allí. Sintetizado, a lo Augusto Monterroso.



Y lo compartía un compañero en el grupo. ¡Chingada madre! Cuando entiendas de que te toca sentarte y permitir que te lleve la chingada, ya estás del otro lado. Claro que se siente mal, claro que es válido lo que sientes, pero no lo evadas, con nada. Siéntate y déjate sentir. Es incómodo, sí, ¿y qué?


Quédate en el sillón de tu casa, sin hacer algo, ahí, con la incomodidad, y aprende a gestionarla, a lidiar con ella. Igual aunque sean buenos hábitos, cuando los concluyas, ahí seguirá la incomodidad.



Si te matas en el gimnasio para demostrarle que fue una tontería el perderte, piensas en ella, la sigues evocando, la extrañas y lo usas de motivación, sales a escalar cerros como dicen, apra cuando regreses a casa, ahí seguirá la emoción.


Permítete sentirla, y acéptala. Una ruptura es una transformación radical, pero cuando aprendas a lidiar con ella, todo será mucho más fácil. En la meditación no se busca tener la mente en blanco, bien decía Jon Kabat-Zinn en una masterclass de él que tomé, eso sería un gran dolor de cabeza. Más bien, aprende a no perseguir como perro cada pensamiento que se te cruce.



Y la lección que me enseñó la natación que fortalece los dos puntos anteriores es la siguiente.


¿Por qué la gente que sabe nadar solo se estira y flota, y la gente que no sabe se hunde y ahoga? Y esto es porque el miedo pesa, y eso es lo que te hunde.


Déjate sentir, es normal, válido, malo si no fuera así, o si lo evadieras. Pero relájate, ponte en pose de estrella en el agua, respira normal, y flota, no luches contra tus pensamientos, porque si pataleas demás, te comienzas a hundir.


Solo flota, siente, no persigas pensamientos.


3.- Encuentra actividades saludables.


Esto no se antepone al punto anteriormente mencionado, sino que lo transforma. Porque el pasado hablaba de no dejarte consumir y permitirte perseguir pensamiento como perro, sino de una vez que saber convivir con esas sensaciones incómodas, te despejes haciendo algo que te gusta.


Yo cuando corté a mi novia estaba a la mitad la producción audiovisual más importante, porque era una casa productora en la cuál recién había ingresado, tenía que estar atento, teníamos que estar concentrados.


Los únicos instantes, durante las 48 horas posteriores de haber concluido mi relación, en que la pensé fue a la hora de la comida y antes de dormirme. No estaba en evasión sentimental, sino que al hacer algo que me encanta, que es producir clips de publicidad no tenía tiempo ni ocio de darle mil y un vueltas.


Ya sabía porqué había cortado, no necesitaba repetírmelo mil veces. Si es que me agarra la ansiedad, prendo mi computadora y escribo estos ensayos, lo escribo para soltarlo, para decir: Ya está escrito, ya está en una hoja de papel, en un documento de pages, o en mi blog, ya no lo tengo conmigo.


Y eso son estos blogs, liberación. Lo digo una vez, lo expreso con estructura, y dejo de darle vueltas.

8 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page